Thursday, April 28, 2005

Sciusciá (Vittorio de Sica)

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Vittorio de Sica tiene una larga y ecléctica (quizás demasiado) carrera en el cine, que incluye su trabajo como actor en las comedias de "teléfono blanco" hasta director de las comedias sexuales del cine italiano de los setentas auspiciadas por Carlo Ponti.

Sin embargo, es su trabajo en la formación y consolidación del neorrealismo lo que lo convertirá en una de las más grandes figuras del cine. Precisamente, [i]Sciusciá[/i] es una de las películas que delata las aspiraciones de un grupo de cineastas que modificarían el curso del cine tal como era conocido hasta entonces. No en vano, el film fue firmado por el mismo Cesare Zavattini, así como por Sergio Amidei (que colabora en "Bajo el sol de Roma", "Roma ciudad abierta", "Paisá", "Germania Anno Zero", entre otros).

[i]Sciusciá[/i] cuenta la historia de la amistad entre dos niños lustrabotas, Giussepe y Pasquale. De manera que vemos cómo ésta se consolida con la compra de un caballo (símbolo del sueño común) y cómo se resquebraja por las trabas que el sistema social les impone (la familia desprotegida, el abogado inútil, la justicia inepta, el sistema penitenciario, etc.) hasta alcanzar el trágico final.

En términos generales, el film encaja en el género del melodrama, aunque tiene una preocupación moral antes que sentimental o filial (elementos más o menos típico del género). Es más, diría que no es sino hasta el final donde el melodrama pierde su especificidad y el film se desliga del film clásico, al menos ideológicamente. Y es que en términos formales, como todo el neorrealismo, la filiación con el estilo del cine clásico americano es innegable. Tenemos no sólo la planificación pensada en la acción del actor, sino también el acompañamiento musical que subraya las emociones, la funcionalidad de los elementos visuales de acuerdo a una gramática (visual y estructural) prestablecida. Así, por ejemplo, la niña amiga de Giusseppe, el pequeño interno de la afección pulmonar, la madre, el hermano, etc. son elementos que tienen una función dramática específica, y que participan en las escenas necesarias, en las que permiten

Friday, April 15, 2005

Heinrich Schütz



Este señor de la mirada circunspecta es el compositor alemán Heinrich Schütz
(1585 - 1672). Se le considera el primer gran músico alemán del barroco. De él, tengo su "Pasión según San Mateo" en una versión más bien genérica, aunque la música es demasiado poderosa. Está desarrollada siguiendo los parámetros católicos de restricto respeto al texto del evangelio. Sólo al final hay un pequeño comentario que delata el luteranismo de su creador, además de realizar un oratorio, pieza preminentemente litúrgica, en alemán y no en latín, la lengua del catolicismo.

La música está cantada sin ningún acompañamiento instrumental, lo que es raro, considerando la gran influencia italiana que se vivía en la época. Y es que, para el mundo en que vivía Schütz, el stylo moderno había ya comenzado su segunda etapa, la del barroco medio. La monodia ya estaba muy bien asumida por buena parte de los músicos.

El papel del Evangelista (narrador de la obra) está cantada por un tenor, en un estricto recitativo, que sólo se ve alterado por la emotividad que le pone a algunas líneas, como el grito de Cristo en la cruz o de sequedad, como cuando narra el suicidio de Judas. Lo que hace que esta obra pertenezca plenamente al stylo moderno y no al stylo alla Palestrina que todavía seguía, con mayor o menor fidelidad, las reglas del tractus renacentista. La obra incluso no teme a manejar dramáticamente los silencios, que no sólo se producen en los finales de párrafo del evangelio, sino también tras la muerte de Judas.

La presencia del pueblo judío y de los fariseos es interpretada por un coro, que tiende a usar pequeñas formas cerradas y cantadas a manera de un breve motete. Es un coro expresivo y no un coro renacentista, incluso tiene líneas de bajo claramente sugeridas.

Jesús está interpretado por un bajo. La voz se escucha muy bien en el lamento final: "Eli, Eli, lamá sabactami". Es de una intensidad insuperable. Su participación vocal es breve, como lo señala el evangelio según San Mateo.

Judas es interpretado por un alto. Un registro bastante "lujurioso" para una cultura religiosa que valora el comedimiento. Esto se extiende para los personajes menos positivos como los romanos atormentando a Jesucristo, cuyos coros son cantados fundamentalmente por los altos.

La obra es cerrada por un motete "Beschlu
ß" (Conclusión). Está dividido en tres secciones: "Ehre sei dir Christe" (Gloria a Cristo), "und herrchest mir dem Vater dort in Ewigkeit" (y reinará con el Padre en el cielo) y Kyrie Eleison (Señor, ten piedad).

Schütz escribe además otras dos pasiones (San Lucas y San Juan) en el mismo estilo, lo que ciertamente se contrapone a sus primeras obras, en las que la composición instrumental tenía una presencia notable.